Fluye el tiempo a través de los cristales de mi ventana. Miro al horizonte y veo lo mismo que hace una hora, dos, tres... Nadie parece preguntarse si sigo vivo, si lo estuve alguna vez.
Salgo a la calle y las miradas de indiferencia se hacen insoportables. Cuerpos vacíos, sentimientos de odio. Todo se entrelaza, todo se mezcla hasta crear el más mortífero arma jamás conocida. Llegará el día que nos exterminemos sin necesidad de bombas, cuando dejemos de ser humanos y sólo miremos por uno mismo; lo malo de todo esto es que hoy parece ser la víspera.
¿Y que hacer hasta entonces? Ya no me importa lo que suceda. Seguiré disfrutando de mi helado de fresa....
2 comentarios:
La verdad es que tienes toda la razón del mundo. Es duro encontrar cada día más afirmaciones de tu teoría en todos los sitios: telediario, periódicos, radio, internet, testimonios, etc.
Espero que aún queden personas con un poquito de cabeza...
Yo secundo a la mujer (si no me equivoco, que en internet no se sabe) y respondo que aunque triste, pero ciertamente, lo único que debemos hacer es seguir con nuestro helado de fresa y pasar del asunto (de discutir, no de dejar de observar y aprender) pues es la manera de no quemarnos y de que, llegado el momento, tengamos la frescura mental suficiente para marcar esa pequeña diferencia en nuestras vidas que vista desde un plano general significa grandes cambios en el mundo.
Futurama: -Un pequeño paso para Fry...
-Y una cola de tres horas para entrar (¬¬)...
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